La terapia de Freud
La terapia de Freud (en el ámbito de la psicología, se
utiliza "psicoterapia" para hablar de terapias psicológicas. N.T.) ha
sido la más influyente de todas, a la vez que la parte más influyente también
de su teoría. A continuación veremos algunos de sus puntos más importantes:
Atmósfera relajada. El cliente debe sentirse libre de
expresar lo que quiera. La situación terapéutica es, de hecho, una situación
social única, en la que uno no se debe sentir miedoso ante un juicio social u
ostracismo.
De hecho, en la terapia freudiana, el terapeuta prácticamente
desaparece. Añada a este situación un diván cómodo, luces tenues, paredes
insonorizadas, y el ámbito está servido.
Asociación libre. El cliente puede hablar de cualquier
cosa. La teoría dice que con una buena relajación, los conflictos inconscientes
inevitablemente surgirán al exterior. Si nos detenemos un poco aquí, no hay que
ir tan lejos para observar una similitud entre esta terapia y el soñar. Sin
embargo, en la terapia, existe un terapeuta que está entrenado para reconocer
ciertos aspectos o pistas de problemas y sus soluciones que el cliente pasa por
alto.
Resistencia. Una de estas pistas es la resistencia.
Cuando el cliente intenta cambiar de tema, o su mente se le queda en blanco, se
duerme, llega tarde o falta a una sesión, el terapeuta dice "¡Ajá!".
Estas resistencias sugieren que el cliente, a través de sus asociaciones
libres, está cercano a contenidos inconscientes que vive como amenazantes.
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